lunes, 12 de octubre de 2009

LECCIÓN 2

La Empuñadura

La empuñadura de la raqueta y la mano que la su­jeta se encuentran muy re­lacionadas. Unos pocos conocen como puede in­fluir en la
calidad de sus golpes la sujeción de la empuñadura. Dado que los métodos de aprendizaje oficiales recomiendan sólo una forma de sujetar la raqueta para cada golpe, es sencillísimo que al princi­pio intente centrarse en la sujeción para la derecha o revés.



Del mismo modo ha em­pezado el buen jugador, sólo que jamás termina de probar si un giro a la dere­cha o izquierda de la em­puñadura no podría hacer su golpe más seguro o efectivo. Así que no extraña cuando utiliza dos sujecio­nes para el mismo golpe, que va alternando a elec­ción dependiendo, por ejemplo, de la altura del golpe.


"En La foto Boris Becker golpeando de derecha"
Fijémonos en los mejores. Todos los juga­dores de torneos están una y otra vez obligado a gol­pear bolas a distintas altu­ras. Estas derechas, que enhebran con más o menos torsión, deben volar sobre la red unas veces más altas o lentas, otras más bajas y rápidas. Para poder dirigir la bola cambia míni­mamente la sujeción de la empuñadura. Yo no creo que esto lo haga a concien­cia, sino que, gracias a las incontables derechas que ha interpretado, su sub­consciente programado gesticula por él.

"El austriaco Skotf sujeta su raqueta extremadamente larga"



Independientemente de esto, según se coloquen los dedos en la empuñadu­ra, la raqueta puede ser co­gida corta o larga. Mientras que en ”largo” la raqueta se puede dirigir de forma mas sencilla, en «corto» exige una coloca­ción de la articulación de la mano hacia fuera. Los ju­gadores que se sienten in­seguros, deberían por ello renunciar al agarre corto
En cambio, deberíamos co­piar inmediatamente el cambio de la presión de los dedos.
Esto fluctúa desde agarrar como en un torno (en el resto al primer servi­cio), hasta casi una insensi­ble sujeción. Es un hecho, para muchos irritante, que el buen jugador va hacia la bola con la mano aflojada y totalmente hueca. Pero, en realidad, sujeta su raqueta como se coge el cuchillo en la comida; sólo al coartar la carne (contactar con la bola) se presiona más durante unos segundos. ¡sólo así pueden trabajar óptimamente los sentidos, los músculos y las articulaciones del brazo y mano! Una permanente presión sobre la empuñadura es a menudo el origen de malos golpes.
Sujetar la empuñadura siempre de un modo tiene sus ventajas e inconvenientes. Aunque, como norma, deberíamos probar necesariamente distintas empuñadura.

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